Good News / Buenas nuevas

El fariseo y el publicano: una mezcla de tipos buenos y malos

[También dijo esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos como justos, y despreciaban a los demás.]:  «Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, publicano. El fariseo se puso a orar consigo mismo: “Oh Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres —ladrones, malhechores, adúlteros— ni mucho menos como ese publicano. Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo”. En cambio, el publicano, que se había quedado a cierta distancia, ni siquiera se atrevía a alzar la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: “¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!”» Les digo que este, y no aquel, volvió a su casa justificado ante Dios. Pues todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

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